Friday, May 14, 2010

4 necesidades de los empleados


Una visión anticuada sobre el tipo de liderazgo que el jefe ejerce sobre el empleado es aquella en que el jefe tiene algo que el empleado necesita (dinero) y viceversa (mano de obra). Pero la realidad es que el trabajador busca y necesita algo más que dinero por su contribución al producto o servicio creado o prestado por la empresa. Una visión amplia de las diferentes necesidades que el trabajador necesita satisfacer (y por orden) la aportó Maslow con su pirámide o jerarquía de necesidades. Esta teoría ayuda a entender qué es lo que motiva a los trabajadores y, por lo tanto, a los jefes para conseguir que un equipo rinda adecuadamente.
Una visión más actual sobre el liderazgo (transformational leadership) que tiene en cuenta teorías como la de Maslow reconoce que hay 4 necesidades humanas básicas que los líderes deben satisfacer para que los miembros de su equipo estén motivados, y considera no sólo los aspectos profesionales sino también los personales, intelectuales y emocionales. Éstas son:
  1. La necesidad de amar y ser amado: Es decir, que la persona se sienta querida e importante, para lo que su jefe debe prestarle la atención personal debida. El líder del equipo debe cuidar a sus miembros y éstos deben sentirse queridos por él, al igual que deben querer/respetar a su líder.
  2. La necesidad de crecer: Mantenerse, permanecer estable es sólo un concepto teórico que no tiene aplicación real. Si no se crece, se decrece. El líder debe posibilitar el crecimiento personal y profesional de sus miembros, así como del equipo como tal.
  3. La necesidad de contribuir: Los trabajadores deben ser conscientes de que están contribuyendo al todo, al esfuerzo colectivo para alcanzar las metas. Si alguien siente que no está ayudando a conseguir los objetivos, tenderá a disminuir su rendimiento porque pensará que su tarea no añade ningún valor.
  4. La necesidad de significado: El ser humano busca sentido a lo que hace. Para que el trabajador esté comprometido necesita encontrar un significado a lo que realiza. Es el clásico ejemplo del albañil no motivado que cree que su trabajo consiste simplemente en poner ladrillos, frente aquél que sí lo está y dice dedicarse a construir catedrales (por ejemplo).
No es fácil conseguir satisfacer estas necesidades, pero el líder que así lo hace consigue un equipo apasionado, comprometido y donde el valor del equipo es mayor que la suma de los valores individuales.

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