Una vez que envías todos los documentos, vas siguiendo la página web para asegurarte que han llegado todos (recomendaciones, GMAT, TOEFL…) y están en regla. Tienen una fecha límite tras la cual te dicen si tu solicitud será tenida en cuenta o no porque no has cumplido con todos los requisitos.
En mi caso puse que prefería hacer la entrevista en Dublín, pues entre mi nivel de inglés y el propio acento irlandés temía que por teléfono no me enterara de nada. Pero un día recibí una llamada de la secretaria del MBA para concertar una entrevista telefónica con el director (con el fin de ahorrarme el viaje) para la semana siguiente. Temía que no pasara la entrevista, por lo que dediqué los pocos días que tenía (tres o cuatro) para prepararla: intenté imaginarme las preguntas que podía hacerme para preparar y “entrenar” las respuestas, e intenté ver todas las veces que pude las únicas películas irlandesas que tenía en versión original, The quiet man y Circle of Friends. Y ya que mi mujer tiene un envidiable nivel de inglés, no en vano es Filóloga Inglesa, le pedí que cogiera otro teléfono y se pusiera a mi lado por si no me enteraba de algo.
Con bastantes nervios recibí la llamada el día y hora acordados. La primera agradable sorpresa fue encontrarme al otro lado del teléfono con un hombre de cierta edad, muy simpático y con un acento no muy cerrado. La segunda fue que me hizo básicamente varias de las preguntas que tenía preparadas. Y la tercera, tras 45 minutos de entrevista, que estaba admitido. Fue la más agradable pero también la mayor de todas las sorpresas, pues no esperaba que me diera una respuesta tan rápido y “en directo”. Me insistió mucho en el gran esfuerzo que supone hacer este MBA, que es muy intensivo y que hay que trabajar muy duro.
En mi caso puse que prefería hacer la entrevista en Dublín, pues entre mi nivel de inglés y el propio acento irlandés temía que por teléfono no me enterara de nada. Pero un día recibí una llamada de la secretaria del MBA para concertar una entrevista telefónica con el director (con el fin de ahorrarme el viaje) para la semana siguiente. Temía que no pasara la entrevista, por lo que dediqué los pocos días que tenía (tres o cuatro) para prepararla: intenté imaginarme las preguntas que podía hacerme para preparar y “entrenar” las respuestas, e intenté ver todas las veces que pude las únicas películas irlandesas que tenía en versión original, The quiet man y Circle of Friends. Y ya que mi mujer tiene un envidiable nivel de inglés, no en vano es Filóloga Inglesa, le pedí que cogiera otro teléfono y se pusiera a mi lado por si no me enteraba de algo.
Con bastantes nervios recibí la llamada el día y hora acordados. La primera agradable sorpresa fue encontrarme al otro lado del teléfono con un hombre de cierta edad, muy simpático y con un acento no muy cerrado. La segunda fue que me hizo básicamente varias de las preguntas que tenía preparadas. Y la tercera, tras 45 minutos de entrevista, que estaba admitido. Fue la más agradable pero también la mayor de todas las sorpresas, pues no esperaba que me diera una respuesta tan rápido y “en directo”. Me insistió mucho en el gran esfuerzo que supone hacer este MBA, que es muy intensivo y que hay que trabajar muy duro.
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