Wednesday, July 1, 2009

El lastre que dejó el Tigre

Glendalough, el valle de los dos lagos, situado en el Parque Nacional de Wicklow. Se pueden ver los restos de un antiguo monasterio y, especialmente, toda la naturaleza que lo rodea.

Ya he comentado que en Irlanda se produjo un hecho un tanto anormal durante la época del Celtic Tiger, en la que fue el sector público el que inició la carrera alcista de los salarios. Lo habitual es encontrarse que los trabajadores de este sector ganan menos dinero que los del sector privado debido a que tienen otras compensaciones: seguridad, menos presión, mejor jornada laboral, mayor flexibilidad, etc. Esta carrera alcista de los salarios produjo o fue consecuencia (es un poco como el caso del huevo y la gallina) de una alta inflación, disminuyendo contínuamente las ventajas que Irlanda ofrecía a los inversores para traerse aquí sus empresas.
Ayer aparecía en la prensa irlandesa la noticia al respecto ofreciendo datos, con el titular "Los trabajadores del sector público ganan más de un 25% más". El salario medio anual en el sector público es de 50.598 euros, frente a los 40.500 en el privado, mientras que la media del salario industrial es de 34.000 euros. Si esto ya duele a la mayoría de la población irlandesa que encima se queja de la ineficacia de los funcionarios (como en España), es peor cuando se constata que el número de trabajadores del sector público ha aumentado en el último año (de marzo a marzo) en casi 3.000 personas, y que los sueldos han subido una media del 4,4%.
Es decir, que cuando la mayoría de la población está viendo que sus sueldos se han reducido e incluso temen perder sus empleos por los recortes de plantilla de las empresas (cuando no cierres), y que sus impuestos directos e indirectos han subido para intentar compensar el déficit de las cuentas públicas debido a la crisis, el sector público se comporta como un universo paralelo permitiéndose incrementar la plantilla y subirse los salarios por encima de la inflación.
Irlanda necesita una renovación de sus gobernantes. Su gestión en la época de "vacas gordas" fue pésima, y las medidas que están llevando a cabo en esta época de crisis no pueden ser más contraproducentes. En las recientes europeas los votantes castigaron a este partido político, Fianna Fail, pero quienenes se llevaron todas las bofetadas fueron los Verdes (socios en el gobierno) que perdieron todos sus euro-escaños y concejales en las elecciones locales.

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